Sabía que se habían terminado los sentimientos. Pero no se atrevía a dar el paso de ser solo un objeto que utilizaba a otra persona como otro mero objeto. No estaba acostumbrada, pero sabía que era lo que le apetecía. Aunque ella no fuera así.
Pero estaba cansada de no ser de esa manera, de aquellas que disfrutan sin comerse la cabeza; de esas que juegan con un hombre por placer, sin pensar en el mañana; de las que podían estar alegres, centrarse en pasar un buen rato y nada más; sin expectativas, como ellos, como él…
Y confiaba en poder ser capaz de tratar esos sentimientos, mantenerlos a raya y poder dejarse llevar, simplemente, como cuando las olas del mar la mecían en las noches de verano; o cuando se dejaba llevar por la música, sin pensar en nada más…Así, tal cual…
