Hay heridas que sanan lento, poco a poco…
Como la herida que dejaste en mi seguridad…
La herida que me acompaña desde que apareciste y más desde que te fuiste…
La herida que hace mella en cómo me veo si me pongo delante de un hombre; la misma que no me deja avanzar; no me deja creer en mí o en mi potencial…
La herida que me persigue y me resta. Esa que me hace sentirme pequeña.
La misma que impide que me sienta guapa a que crea que puedo gustar a alguien más…
Esa herida es complicada de cerrar. Y te la debo a ti…
