En soledad…

A veces, en soledad es cuando mejor se piensa.

Porque nadie invade tu terreno, ni te impone lo que tienes que pensar.

En soledad, a veces, y solo cuando es elegida, es cuando mejor se actúa y se funciona.

Pero solo cuando la soledad la eliges tú y no te elige ella. Porque entonces estarás perdido…

en soledad
En soledad (Internet)

No sin ti…

No me voy a ir sin ti, le dijo muy decidida. No he venido hasta aquí, no he andado tanto camino, para nada.

Y si quieres que te cuente mis razones, te las digo. Pero si no quieres escucharlas, entiéndeme. Y respeta mi decisión.

No sin ti, ahora no. Antes sí, ahora no. No me da la gana irme de aquí, y me pienso quedar cuanto haga falta…

sin ti no
Sin ti no (Internet)

 

¿Te gusta?

¿Te gusta? Ése es tu problema, y tú tienes la solución.

Esa frase la he escuchado hoy en una película, y se me ha quedado grabada. De hecho, ha estado dando vueltas en mi cabeza durante horas.

Y cuando algo se me atraganta, o se guarda en mi cabeza, es algo importante. Ya lo he comprobado.

Por eso, y por nada más, he querido compartirla aquí, porque quizás para vosotros también signifique algo. También os diga algo. Seguro que a cada uno nos dice algo distinto. Eso por descontado. A otros os hará pensar en qué supone para vosotros.

Para mí no significa más ni menos que si alguien te gusta, en tu mano está ponerle solución, decírselo, hacérselo saber o notar, explicarte, y encontrar una respuesta. Un sí, un no, un tal vez o un ya veremos. Un beso, un abrazo, una sonrisa de satisfacción…

te gusta
¿Te gusta? (Internet)

Llámalo como quieras…

Llámalo flechazo, llámalo como quieras.

Pero aquellas primeras palabras se clavaron en mi cabeza, y no me permitieron pensar en nada ni nadie más. Porque me dijiste, con sinceridad, lo que pensabas, y no lo que creías que quería escuchar. Porque me dijiste justo lo que pasaba por tu mente.

Y cuando había tanta gente susurrándome lo que creían que quería oír y no la verdad, tú fuiste mi salvación, quien me guió hasta ti, sin remedio. Por eso pedí que volvieras a aparecer, y ante el riesgo de no verte más, no dudé en pedirte el teléfono, de forma osada. Y te doy las gracias, desde entonces, por haber accedido a la petición de este loco descerebrado que hoy sigue estando orgulloso de estar a tu lado.

Porque crees que eres tú la que tiene que estar agradecida por estar conmigo, y no, te equivocas. Soy yo el que da gracias porque aparecieras, te mostraras tal cual, y te quedaras.

Y ojalá te quedes siempre, conmigo, a mi lado. Sigue dándome la mano, porque es algo que me reconforta como no te imaginas. Los días malos lo son menos si tu mano me agarra. Las caídas se amortiguan por el tirón de tu mano. Los días buenos lo son más porque aplaudes conmigo. Y así todo, de tu mano…

llámalo como quieras
Llámalo como quieras…(Internet)

No creas…

No creas que ha sido fácil llegar hasta aquí. Cuesta decidir, cuesta pensar si es el momento, después de años perdidos. Podía haber dos caminos, el sí y el no.

El sí, el de las oportunidades, no segundas porque no hubo primera, el del reencuentro, y el de continuar en contacto, el de saber el uno del otro, el de las preguntas curiosas y saber lo que no supe o que cambió en este tiempo…

Y el no, el de cerrar puertas, el de no querer saber qué podría haber sido, pero también el de no seguir conociéndonos a pesar de los años.

Y fue el segundo el que ganó por tu parte.

Pensé mucho si me podía equivocar o no. Pero pensé que era necesario dar el paso. Necesitaba acercarme a ti, de la manera en que tenía forma, y decirte lo que se removía dentro de mí. Y tengo la sensación de que perdí. Aunque quisieras tapar tus negativas con medias tintas, con respuestas amables que dan algo de ilusión hasta que las repiensas y te das cuenta de lo que significan.

Pensaba que no ibas a ser tan radical, que por lo menos quedaría una pequeña ventana abierta para mí, una ventana que pudiera convertir en una puerta gigante por la que poder pasar para llegar a ti. Pero no fue así.

Y pienso que crees que es lo que merezco, o es tu venganza. Porque hayas podido sentirte menospreciado por mi parte. Pero siempre has sido especial. Lo creas o no. Y lo seguirás siendo. Has sido la persona que me ha hecho sentir mejor sin estar conmigo. Quien me dedicó palabras que nadie me había dedicado jamás. Quien fue directo, claro, y no se rindió. Siempre fuiste lo más parecido a mi ‘chico ideal’, en todo. Por fuera, y por dentro.

Quizás indirectamente he tenido demasiadas oportunidades. Prometo que no busco nada, nada que creas que ahora me puede hacer acercarme a ti. Simplemente la visión que tienes cambia, cambia cuando cumples años, cambias cuando limpias el cristal con el que miras la vida, cambias cuando te replanteas lo que quieres, necesitas y deseas…

Pero has sido demasiado tajante. Me invitas a pasar página. Aunque no pueda. Quizás eso es lo que intentaste conmigo. Y al final lo conseguiste. Y ahora soy yo la que vuelve, como el fantasma del pasado, que intenta joderte el presente. Pero no has dejado siquiera que pudiera expresarme, ni demostrarte, ni me has dado el beneficio de la duda. Has cerrado esa pequeña ventana que me unía a ti.

Aunque he intentado esforzarme por dejar a un lado ese desprecio que he sentido cuando hablaba contigo. Aunque he intentado, tímidamente, buscar temas de conversación. Aunque he intentado compensar el tiempo perdido y las ausencias. Aunque he intentado evocar algo bonito. Pero el problema para ti soy yo. Está claro.

Con todo, dudo merecer esto. Pensaba (si no hubiera sentido tener una mínima oportunidad no hubiese emprendido este camino) que te costaría volver a confiar en mí, pero lo harías. Que efectivamente seguiría quedando una pequeña parte de ti dispuesta a estar ahí. Pero no, me equivoqué. Quizás fue eso lo que me hizo seguir adelante y no desechar la idea de exponerte lo que pensaba (y pienso) y sentía (y siento). Porque eso no se olvida en dos segundos. No se va en momentos, al igual que no llega en un suspiro.

Pero siento que he perdido. Siento que me di cuenta tarde. Y que mis sensaciones eran erróneas, equivocadas. Siento que te he fallado y me he fallado aún más a mí misma. Siento que llego tarde (eternamente tarde). Siento que no podré llegar a ti por mucho que alargue mi brazo, porque cuando yo dé un par de pasos, tú habrás dado diez en el sentido contrario. Siento que no podré empezar de cero contigo, porque no está en tus planes. Y así siempre.

Ojalá pudiera hacerte cambiar de opinión. Ojalá pudiera cambiarlo todo. Ojalá pudiera entrar por esa ventana y que me abrieras la puerta. Ojalá tuviera la posibilidad de aprender, crecer, a tu lado. Ojalá pudiera caminar hacia ti y tu hacia mí. Porque dicen que soñar despierto es gratis…

Supongo que lo bueno de todo esto es que no me vas a leer. Por tanto no tendrás que leer las sensaciones que tengo en estos momentos. Ni pensar más en esto…

crees que
Crees que es fácil, y es todo lo contrario (Internet)