Dejé de buscarte, porque es imposible con quien no se quiere dejar encontrar…

Dejé de buscarte, porque es imposible con quien no se quiere dejar encontrar…
Recuerdo el momento en que desperté y te vi, recostado y adormilado, en la cama…
Y sentí la necesidad de recorrer con mi dedo índice cada centímetro de tu piel. Desde allí donde acaba el pelo de tu nuca, hasta donde la espalda pierde su noble nombre…
Y no pude resistir la tentación de intentar despertarte, a besos…
Fue sin duda, la tentación transformada en silueta masculina. Tu silueta…
¿Y si eliminamos la distancia entre nuestros cuerpos y hacemos que la tensión existente entre tú y yo se convierta en algo de lo que poder disfrutar?
Sí, aunque no te lo pareciera, ante ti soy la timidez hecha persona…
No soy capaz de hablar y solo puedo mirarte, estudiar tus gestos y esperar a que la vergüenza se pase para poder volver a ser yo, esa que conoces…
En el pasado, quizás pensé que tú eras el inmaduro, y ni siquiera me paré a pensar en ti más allá…
Ahora, en el presente, me doy cuenta de que el pasado no vuelve, las oportunidades se van, y que ahora quizás soy yo la que se da cuenta de que perdió por no saber valorar, por no saber ver más allá…
Al final resulta que la inmadura, soy yo, no tú…
Supongo que debí mandarte señales equivocadas, y aquí me encuentro intentando deshacer ese entuerto en el que sola me metí…
No sé cómo llegué al punto de creer que no interpretarías cada palabra que dijera; cada gesto que hiciera; cada señal errónea que te mandara…
Pero no fue así, y aquí me veo pensando cómo arreglar todo esto…
Hay quien te decepciona muy a menudo…
Pero tú no te cansas de dar, de intentar agradar, de estar ahí…
Hasta que la paciencia se agota y todo se acaba…
Y aún teniendo experiencia en decepciones, nunca aprendo…
Bastaron apenas varias conversaciones con ella y un café rápido para olvidar todo lo anterior. Lo malo, y lo bueno. Aquello que había retenido en su memoria de un tiempo anterior pero que perdió cualquier interés a partir de entonces…
Algunos pensarán que se deshizo pronto de todo aquello anterior, y solo unos cuantos sabrán lo que le dolió y le costó dejarlo atrás e intentar pasar página…
Necesitaba una ilusión y ella se la concedió…
¿Y si perdemos el norte y nos volvemos locos?
Tú por mí, yo por ti…
-Casi no te conozco…
-¿Qué quieres saber?…
–Todo...