Escuchar su nombre a su espalda y saber a quién pertenecía esa voz le hizo sonreír, porque de él solo esperaba momentos bonitos…
Su cálida voz aplacaba sus nervios, la hacía sentirse bien y hacía que pudiera disfrutar de cualquier momento vivido…
Por eso no dudó ni un segundo en girarse al escuchar su nombre…
