Ese día fue especial. Se dio cuenta de lo arropada que estaba y su decisión fue muy apoyada. Necesitaba irse de aquel lugar que tantos malos recuerdos le había hecho acumular y que tantos momentos agridulces le hacía retener.
Era hora de salir de allí, y aunque sabía que se alejaba de los que más quería, también tenía claro que ellos estaban con ella e irían con ella al fin del mundo…
Por eso, y sin tener claro donde recalaría su mañana, sabía que hoy debía partir, porque no aguantaba más en la ciudad que la vio nacer…