Intentó guarecerse de él hasta que aquella tormenta de sentimientos amainase, porque no podía mirarlo a los ojos y saber que todo había sido una mentira.
Porque las mentiras no le gustaban e incluso le hacían daño en el corazón, por eso prefirió mirar al suelo cada vez que pasaba cerca de donde sabía que podía encontrarlo y dejó de pasar por aquel otro lugar que tanto le recordaba a él…