Se dio cuenta de que lo no empieza no puede acabar…
Que lo que no fue no puede quedar tanto tiempo en la memoria, haciéndose un hueco entre los recuerdos…
Que lo que duele no es el rechazo, sino el ego dolido y maltratado…
Que lo que no te hace feliz, por mucho que insistas, no lo hará jamás…
Que si no eres alguien para nadie, no vas a serlo a base de insistir…
Que si no hay ninguna respuesta, nunca, a tus preguntas, es porque no hay razón para que te la den…
Que en definitiva, lo que no empieza, no puede acabar…