¿Por qué? Lo que sieno ahora es mi castigo por confiar…Y ahora que he sentido la indiferencia de tus ojos, porque sé que me has visto como yo a ti, que no he pasado desapercibida como pretendías, sé que en ningún momento te importó conocerme o no. Tú querías no sé qué y yo, otro no sé qué. Pero se te olvidó decirlo para que ambos jugáramos con las mismas reglas. Pero no fue así.