Envidia. No quizás de lo que tenéis. O sí. Pero más aún de ese vosotros, de lo que significa, del papel que tiene en tu vida.
Envidia porque te tiene en su vida, comparte contigo cada uno de sus días. Porque tenéis un ‘nosotros’.
Envidia por los ojos con que las mirarás. Por las conversaciones. Por la complicidad. Por la alegría que insuflará a todo tu ser. Si no ¿qué ibas a hacer ahí?
Envidia porque quisiera ser una mínima parte de ese vosotros. Por lo que quisiera ser. Y compartir. Y vivir. Y disfrutar.
Tan difícil de explicar quizás. Tan complicado de entender, seguro. Tan envidiable.
