Me rindo. O eso quisiera, eso me pide el cuerpo. Aunque después mi tozudez y lo que me remueve por dentro no me lo permitan…
Pero ganas no faltan. Porque no soy capaz de sonsacarte ni una palabra. Porque siempre hay una circunstancia que me aleja de poder saber qué piensas de mí.
Porque no tengo la capacidad de mantener una conversación contigo.
Porque no te atrae verme. Porque tengo que supeditar mis deseos a lo que suceda. Porque me siento egoísta y estúpida pidiéndote atención.
Y porque aún así, ni por mucho verbalizarlo o incluso intentar hacértelo ver, soy capaz de ser o existir para ti.
Por eso bien merecería la pena rendirme. Porque el problema no es mío, sino tuyo para conmigo…

Es bueno!! Y bonito
Me gustaMe gusta
Para mí es triste. Es la «obligación» de rendirte porque sabes que no vas a llegar a la persona a la que quieres.
Pero supongo que el prisma con el que se mira nos da una sensación u otra…
Gracias!!
Me gustaMe gusta