Nunca he sido mi prioridad.
Y hoy que he tenido uno de esos mal catalogados como «mierda de día» me he dado cuenta que siempre antepongo lo que quieren, piden o necesitan los demás a mis propios intereses o deseos.
Y me siento estúpida. Porque nadie te da las gracias, nadie valora el esfuerzo que supone para ti hacer las cosas, nadie entiende si haces un favor o no, si te ves obligada a actuar, si tu tiempo está siendo valorado o no…
Hay días, como el de hoy, que creo que tengo merecido lo que me pasa, por estúpida. Por anteponer a la gente a mí.
Porque da la casualidad de que nadie me antepone a mí, ni como amiga, ni como profesional, ni como pareja, ni como conocida, ni como compañera…
Y por mucho que intento decirme a mí misma que debo ser mi prioridad, al final nunca cumplo. Siempre soy la que escucha, la que actúa, la que está, la que escucha, la que no pierde la paciencia, la que ayuda…Por mucho que me repita que debo mirar por mí, sé que no lo haré, porque parece que tengo sentimiento de culpabilidad. Por nada…

Suele pasar…
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Y no debería pasar. Deberíamos mirarnos más el ombligo porque nadie lo hará por nosotros
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Olvida la culpa y dedícate el día, pero no dejes de escribir…
Un saludo
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¡A sus órdenes jeje! Muchas gracias por tus palabras, unas y otras me llegan. Un saludo
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Cuesta darse cuenta, pero al menos darse cuenta -aunque duela-, es un paso y estar ahí para nosotros mismos cuando nadie más lo estuvo.
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Uff cuesta mucho eh. Pero cuando te ves sola, ves que nadie cuenta contigo, cuando no eres una prioridad para nadie, de vez en cuando toca mirarse el ombligo…Un saludito!!!
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