Me derrito entre tus manos, y en tus brazos pierdo el control.
Y a pesar de que hace tanto que tú y yo nos amamos, cada día es como un nuevo empezar.
No hay rutina, no hay medias sonrisas ni falsedades. Siempre hay un motivo para sonreír, y si estamos cerca el uno del otro, ese motivo se multiplica por mil.
Siempre creí que ese tipo de amores solo está en las películas, se dibuja en los cuentos y no se plasma en la realidad. Pero tú y yo lo hemos conseguido, por eso me derrito en tu piel, pierdo el control con cada locura y me siento viva contigo…
