Después de tantos años, conseguimos reencontrarnos, para decirnos lo bonito que había sido todo y despedirnos…
Lo hicimos con un beso en los labios que me supo a verano, sol, chiringuito de playa y atardeceres eternos…
Lo hicimos con un abrazo cálido como los que nos dimos todos los días de aquel intenso mes en que nos bebimos el uno al otro…
Pero sobre todo lo hicimos sin pena, sin rencor, sin dramas, cerrando el círculo, porque no supimos amarnos más que aquel tiempo, tan efímero y eterno a la vez…

Muy bonito y real. C’est la vie. Un abrazo, amiga.
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Sí, bonito, real y tan verdadero. Gracias siempre! Un abrazo
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