
Solo eso. Fundirme en tus brazos y en tus abrazos.
Hacerme pequeñita a tu lado, y convertirme en parte de ti.
Mirarte a los ojos y verme reflejada en ellos.
Besarte en los labios y charlar un rato.
Nada más. Solo eso.
Aunque quizás me pudiera acostumbrar a ese ritual un día, y otro, y otro.