Indiferencia

No pensé que podría decir que siento indiferencia, pero comprobarlo en carne propia es la mejor de las constataciones.

Me ilusioné contigo como hacía tiempo no lo hacía, quizás porque creí tus mentiras y tu predisposición a adularme desde el minuto uno en que estuve contigo. Sí, adularme, que no hacerme sentir que te podía gustar, que era lo que pensaba.

Pero ahí me dejaste, sin explicación, sin una lógica, sin sentido, solo poniendo malas excusas que intenté rebatir pero para las que no tuviste más que decir…Simplemente fue más fácil desaparecer.

Y después has intentado provocar situaciones en las que me viera incómoda, muy incómoda, dejándote ver en distintas ocasiones, y mirando desafiante. ¿Qué pretendías? ¿Intimidarme? La primera vez posiblemente sí, e incluso me sentí nerviosa, pero las demás no.

indiferencia2

Ahora puedo decir que la última vez que te vi y no hace tantos días, me causaste indiferencia. Ojalá me leyeras y supieras que va por ti. Porque es lo que provocas, por muy cerca que pases. Solo para que dejes de hacer el ridículo.

Ya no me tiemblan las piernas, ya no me importa no encontrar un sitio en el que esconderme, ya no me siento pequeña, ya no me siento ridícula, ya no creo ser menos que tú, ya no, porque siento indiferencia, y este preciso momento me causas risas, porque quizás no alcances ni siquiera a imaginar todo lo que pude dar por ti…