Las olas del mar golpeando mis pies…Allí me vi, pensando.
Con los zapatos en la mano y los pantalones remangados. Pensando en ti, y en tanto…
Sin pensar en la gente que pasaba a mis espaldas, charlando, con sus mascotas, disfrutando de aquel soleado día.
Porque nada importaba, más que lo que tenía en mente, lo que quería hacer, decir, pensar…
Y cuando me di cuenta, había pasado horas allí, oteando el horizonte con mil historias en la cabeza…
