Te preguntas cuán caprichosa puede ser la vida, que te pone en el camino a personas desconocidas que se vuelven necesarias. Para luego alejarlas de nuevo…
Como quien te pone un caramelo a punto de morder y te lo quita al instante, cuando ha llegado a tus sentidos…
Desconocidos que no sabes de dónde vienen y qué quieren pero que quieres conservar. De manera especial.
Porque, sin saber cómo, un día sin hablar es una eternidad; un día sin preguntar un qué tal es un paso atrás; un día sin curiosear es desaparecer poco a poco; un día sin conocerle es tiempo perdido; un día añoras su piel con la tuya; un día quieres sentir su sabor, ver sus ojos, tocarle y abrazarle…
Pero no siempre esos desconocidos se quedan, no siempre esos desconocidos dan…
