Así fue siempre. Solo tú y yo. Sin que importara nada ni nadie más.
Sin miedo a que fueras de otra. A que hubiera tentaciones.
No. Ese aspecto lo teníamos salvado, porque solo teníamos ojos el uno para el otro…

Así fue siempre. Solo tú y yo. Sin que importara nada ni nadie más.
Sin miedo a que fueras de otra. A que hubiera tentaciones.
No. Ese aspecto lo teníamos salvado, porque solo teníamos ojos el uno para el otro…