Me pregunto qué fue de ti. Te esperé, tarde tras tarde, en aquel banco del parque donde nos encontramos tantas veces…
Pero no volviste. Quizás viví un espejismo. Quizás tu vida estaba en otra parte. Y fui solo un refresco, un oasis en tu día a día.
Sea como fuere, agoté mi paciencia esperándote, y mi felicidad se fue contigo…
Por eso, quizás, me pregunté, por mucho tiempo, qué fue de ti…
