Nunca fue de príncipes azules. Y si algún día creyó en ellos, dejó de hacerlo hace tiempo…
Prefiere un chico de esos que coloquialmente se llaman «normal y corriente». De esos que van en vaqueros y camiseta de manga corta (a ser posible blanca).
De esos al que invitas a un café que dura horas y con el que terminas compartiendo, en cualquier rincón, un paseo por las estrellas…
