Recorro todo aquello de ti que me alcanza con la vista. Y no me da vergüenza admitirlo, ni apartaré la mirada, aunque me tomen por descarada…
Te miro con apremio para grabar en mi mente cada detalle de ti. Y recorro tus ojos, tu felina mirada, tu nariz dibujada, tus labios carnosos y tu cuidada barba de tres días…
Y bajo hacia tu cuello, y lo que asoma de tu pecho por la camisa, y tus grandes manos, que confío en que me acaricien pronto…Y mi imaginación se pierde allá donde tu ombligo asomaría…y me asalta un pensamiento que me ruboriza…
