Te eligió a ti, entre muchos, entre tantos…
A ti, idiota, que no quisiste prestarle atención, dejándola con una sensación amarga de desprecio…
A ti, que la dejaste marchar...
Y así, como quien no quiere la cosa, se marchó, en silencio, sin hacer ruido…
Y la perdiste, no sé si queriendo o por desidia…
