Aprendí a no mendigar una palabra o un mensaje…
Aprendí a no insistir…
Aprendí a no querer a quien no me quiere…
Aprendí a no quedarme mucho tiempo donde no me aprecian…
Aprendí a no engancharme a nadie, porque ningún exceso es bueno…
Aprendí a ser menos vehemente, porque asusta…
Aprendí a medir mis palabras, porque no siempre son bien recibidas…
Aprendí a no mostrar mis sentimientos, porque juegan demasiado con ellos…
Aprendí a no ser tan sincera, porque no siempre se me entiende…
Aprendí a no interpretar miradas, porque pasan de ser fuego a hielo…
Pero también aprendí que nunca se aprende demasiado, porque volví a caer en todo lo que quería evitar…
