No me mires así…o no sé si me podré contener…
No sé si seré capaz de frenarme…
No sé si sabré cómo responder…
No me mires así…o tendré que corresponderte…y nos perderemos…

No me mires así…o no sé si me podré contener…
No sé si seré capaz de frenarme…
No sé si sabré cómo responder…
No me mires así…o tendré que corresponderte…y nos perderemos…

Tú no tienes ganas y eso lo noto hasta en tu mirada…
Hace meses que vengo notando tu desánimo, pero no quiero enterarme…
Noto cómo cambia tu tono de voz cuando te diriges a mí, te vuelves seriedad absoluta; ya no te ríes de mis comentarios absurdos; ni me buscas para charlar al acabar el día…
Y creo que las ganas son fundamentales para nosotros, para nuestro día a día…Si tú no las tienes, yo al final también las perderé y aquí acabará todo…

Vuelve, porque ya tu olor no está impregnado en mi almohada…
Vuelve, porque hace mucho que dejé a un lado el orgullo para decirte todo lo que siento…
Vuelve, porque los días sin ti parecen semanas…
Vuelve, porque anhelo tus abrazos y tu mirada…
Vuelve, porque creo que voy a desfallecer de tanto echarte de menos…

Revuelves mi pelo mientras seguimos recostados en la cama…
Apurando cada minuto, cada segundo…
Aprovechando que nuestros cuerpos se desean, cada vez más…
Resistiéndonos a despedirnos, porque nos costó encontrarnos, pero ahora es complicado separarnos, por mucho que debamos hacerlo…

Antes de conocerte creía tenerlo todo…
Estar completa…
Y ahora me he dado cuenta de que no era así…
Porque sin tus abrazos, tus mimos y tu cariño, no tengo nada…
Y contigo, lo tengo todo…

Tú eres para mí y yo soy para ti…
Por mucho que te empeñes en sonrojarte cada vez que te lo digo…
Así que ve asumiendo que eso es así, por ridículo que te parezca…
Pero sin ataduras, sin presiones, sin obligaciones, y verás que te engancharás a mí y yo a ti…

Llorar sana…
Reconforta, libera, ayuda, sana, calma…
De lo que conoces y de lo que no…
De lo que temes saber y de lo que tienes claro…
De lo que te asusta y de lo que, aparentemente, no…
De lo que duele y de lo que apenas roza tu piel…
De lo de antes y lo de ahora…
De todo y de nada, porque llorar te permite volver a empezar…

Y te preguntas por qué.
Repetidamente…
Demasiadas veces…
Y no llegas a ninguna conclusión…
Te das por vencida hasta que ese pensamiento vuelva a inundar tu mente…
Bajas los brazos. Te rindes…
Porque cuando alguien decide arrinconarte, no contar contigo, es difícil…

Se miraron…
Furtivamente…
Entre toda aquella gente…
Se miraron un solo segundo y se volvieron a buscar toda la noche…
Sin éxito…
Hasta que, sin querer, rozaron sus brazos en la barra del bar y ya no dejaron de mirarse…
Ni de buscarse…

Qué rabia que conmigo todo te pareciera demasiado…
Que te agotaran mis mensajes, que nunca tuvieras tiempo para mis llamadas…
Que no quisieras pasar tiempo conmigo…
Con la excusa de no querer atarte ni acostumbrarte a nadie…
Con el típico ‘no eres tú, soy yo…’
Y que ahora tenga que verte compartir la vida con ella, sin quejas, sin exigencias…
¿Por qué ahora sí y hace tan poco, no?
