Tenerte de forma reiterada en mis sueños, noche sí, noche también, no te hacía más cercano.
Cada amanecer sentía frustración porque no despertaba contigo, y eso te hacía aún más inalcanzable. Frustración que se tornó en un sentimiento de desasosiego al que no supe poner nombre y mucho menos cambiar, tornarlo en alegría y perserverancia.

Tan cerca de ti de noche, cuando Morfeo venía a visitarme, y tan lejos al amanecer, con el sol encumbrando el cielo…Tan cariñoso en mis sueños, cada noche, en que rememoraba nuestros planes, y tan lejos cuando el frío de la mañana calaba mis huesos…