Fue un día duro de final de semana que no deseó a nadie, ni a su peor enemigo…Pero ya había pasado…
Mientras se disponía a montarse en el coche tras una jornada maratoniana sonó un mensaje en su móvil: «¿Una copa esta noche, en tu casa o en la mía?»
Entonces recordó que era viernes, y fue consciente de que aquel chico que conoció semanas atrás le había escrito, aunque pensaba que no lo haría.
El cansancio de aquel nefasto día se borró de inmediato.
Y contestó: «En mi casa a las 22.00 horas. Yo pongo la cena, tú el vino y el postre». Aunque le pareció un tanto atrevido, envió el mensaje, porque pensó que no había tiempo que perder.
Y así se fue a casa, con la música a todo volumen, pensando en qué se pondría para impresionar a aquel chico que tanto le gustaba…desde que cruzó la primera palabra con él…