No puedes cambiar su pasado. Ni el tuyo. No puedes cerrar sus heridas. No puedes, ni lo pretendas, porque será una guerra perdida, una batalla mal librada.
Pero puedes regalarle tiempo, comprensión. Puedes no indagar en lo que duele, sino simplemente estar ahí, para escuchar, para disfrutar el tiempo juntos, y mirar al frente, no atrás…
