El ya conocido, el de siempre. El que te lleva a una rutina caduca que te engulle y que te hace un poco más infeliz cada día…
El nuevo, que no sabes a dónde va, pero que te va gustando un poco más según lo vas explorando. Que va a lugares que no sabes si serán de tu agrado o no, pero que te anima a seguir explorando…
Puedes elegir quedarte como estás, no siendo feliz, o buscar la felicidad, aunque dé un poco de miedo. Tú eliges…
