La paz llegó a mi vida cuando dejé de pensarte. Cuando saliste de mi cabeza y nunca más volviste a protagonizar mis días y mis noches.
Ese sentimiento fue pleno en mi vida cuando ya no te puse como una preferencia en mi vida, sino como un pensamiento ocasional y residual que quedó en el pasado.

Y la paz llegó sola, sin buscarla, sin pensarla, sin más. Y la calma vino solapada a esa paz que tanto anhelaba y tanto deseaba. Porque todo llega…