Siempre me sorprendió el hecho de que nunca perdieras la capacidad de sorprenderme cuando me desnudaba ante ti…
Cuando dejaba el alma expuesta y te daba todo lo que había en mí, veía cómo saltaba el color a tus mejillas, aunque lo negaras…
Y esa sensación de estar abriendo mi alma ante ti como la primera vez era algo que me encantaba de ti y contigo…









